En el mes de marzo la OCDE presentaba un informe que invita a la reflexión: “Environmental Outlook to 2050: The consequence of inaction”. Su mayor conclusión es la necesidad de actuar de manera coordinada e inmediata, con el fin de reducir el riesgo de aumento medio de temperatura hasta en 6 grados. Y es que este próximo fenómeno en el planeta plantea consecuencias medioambientales nefastas si la economía mundial continúa con su modelo actual. El reto horizonte, antes de 2050 y nuestras decisiones de corrección tienen que comenzar en estos momentos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), está fundada en 1960 y compuesta por 34 estados (desarrollados) cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. Esta organización plantea diez consecuencias medioambientales para mediados de siglo XXI, que se derivan del modelo económico actual.
Es curioso cómo nos aferramos a los múltiplos de cinco, y es que los sistemas de numeración de las lenguas naturales se basan en la cuenta de dedos. Por eso la práctica totalidad de los sistemas de numeración de las lenguas de la tierra usa sistemas de numeración basados en la base 10 o la base 20. En cualquier caso mejor en este caso que sean 10 y no 20 pues con la primera ya vamos servidos. Las predicciones son:
- La demanda mundial de energía será un 80% mayor a la actual, y el 85% de esta energía procederá de combustibles fósiles, no renovables.
- Las emisiones de gases a la atmósfera aumentarán en un 50%, con lo que la concentración de gases de efecto invernadero podría alcanzar las 685 partículas por millón, (los científicos establecen como límite de seguridad 450 ppm y 2 grados de aumento sobre la temperatura actual).
- Con esta tendencia, el planeta experimentaría un aumento de temperatura de hasta 6 grados entre hoy y el 2050.
- La biodiversidad se reducirá en un 10%, con pérdidas en Asia, Europa y Sudáfrica.
- Reducción de bosques con una pérdida de hasta 5 trillones de dólares anuales. (Según estudio de Naciones Unidas sobre Economía, Ecosistemas y Biodiversidad)
- Si la demanda mundial de agua se incrementa lo esperado (un 55%), la consumición industrial será un 400% mayor que la actual, lo que implicará que el 40% de la población mundial vivirá en zonas afectadas por escasez de agua.
- La contaminación del aire se convertirá en la primera causa de mortalidad prematura, especialmente en la India y en los demás países industrializados.
- 1.400 millones de personas seguirán sin acceso fácil al agua y a la sanidad básica. La contaminación del agua intensificará las enfermedades y el daño a la biodiversidad.
- Los países que no forman parte de la OCDE aumentará el riesgo de exposición a productos químicos tóxicos, con medidas de seguridad insuficientes.
- Esperar a tomar medidas podría aumentar hasta en el 50% de estas consecuencias.
Esta Organización también cuantifica en el 5,5% del PIB de cada año (reduciendo las emisiones un 70% a 2050) no parecería mucho en circunstancias normales, parece un esfuerzo dentro de lo asumible. Pero para España, con un PIB anual de 1 billón de euros, supondría del orden de 55.000 millones de euros este esfuerzo, simplemente baste recordar el ajuste actual, para 2012, ha sido de justo la mitad de esta cantidad, 27.000 millones de euros.
Pero la OCDE insta a los gobiernos a que adopten medidas medioambientales, y debemos comenzarlas ahora incluyendo leyes que obliguen a este camino. Según el informe, los gobiernos deben crear una regulación más estricta para evitar las graves consecuencias medioambientales a largo plazo. Pero no podemos olvidar la colosal dimensión económica del esfuerzo.
No hacer nada ya no es una opción, y jugando con los términos no hacerlo bien, es lo mismo que no hacer nada o hacerlo mal. Si los países no piensan en la eficiencia de los recursos, ni en cómo desarrollarán su actividad en un mundo con mayor restricción de estos recursos, podrían quedar fuera del mercado.
Nos encontramos ante el dilema del prisionero, un problema de la teoría de juegos que muestra como dos personas (en nuestro caso organizaciones) pueden no cooperar incluso si en ello va el interés de ambas. Tratando de explicarlo la situación sería como sigue:
Situaciones |
Países emergentes actúan |
Países emergentes no actúan |
Países OCDE actúan |
Máximo beneficio común: Ambos logran la sostenibilidad a 2050 y esfuerzo máx. PIB 5,5%/año |
Emergentes ganan vs OCDE que pierde competitividad. Sostenibilidad no alcanzada |
Países OCDE no actúan |
Algunos OCDE tampoco están actuando, por lo que sería inútil la actuación de emergentes (1) |
Máximo perjuicio común: La humanidad no logra la sostenibilidad a 2050 |
(1) Situación utópica puesto que los países desarrollados deben mostrar su esfuerzo en el corto plazo frente a los emergentes que tendrían que asumir los retos en el medio plazo, dadas sus características y derecho de crecimiento. Actualmente nos encontramos en la posición de que algunos países OCDE actúan (Ej Europa) pero su esfuerzo es insuficiente sin la adhesión a compromisos de todos.
Estamos en una transición hacia una economía baja en carbono. Todos nosotros debemos trabajar para el día en que la energía limpia sea sólo eso “la energía”, las redes inteligentes sean “los caminos”, los edificios eficientes sólo eso “los lugares”. La evolución inteligente la única vía, la incorporación de soluciones sin subvenciones, artificios especulativos que no son más que aditivos que no llevan a ninguna parte, salvo a la especulación.
La vida humana es corta y esa roca que hoy vive en mi mano lleva millones de años y seguirá aquí después de mi. Pero las rocas no tienen inteligencia o alma y nosotros sí.
Música: It Will Rain – Bruno Mars